El conjunto de medidas de control de la seguridad que pueden elegirse para hacer frente a los posibles peligros en un laboratorio se dividen en tres categorías generales: controles de ingeniería, controles administrativos y el uso de equipo de protección personal.
Estos controles siempre serán considerados y utilizados en la medida de lo posible para garantizar un amplio margen de seguridad dentro del laboratorio y esto incluye el sistema de ventilación del laboratorio.
Un margen adecuado de la seguridad puede asegurarse cuando se incorporan medidas de control como complemento de métodos y prácticas de seguridad de los laboratorios.

sistema de ventilación en un laboratorio químico
El propósito es permitir que las operaciones se realicen de forma segura y para mitigar el potencial de un impacto adverso si surgen problemas.
El diseño y la construcción de los laboratorios incorpora muchos controles de ingeniería.
Este proceso está guiado por códigos de construcción muy detallados y por las normas de mejores prácticas de la industria.
Un aspecto importante de estos requisitos es la capacidad de proporcionar una ventilación en el laboratorio continua mediante un sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado no recirculante con tasas de intercambio de aire suficientemente elevadas para evitar la acumulación de contaminantes por encima de las concentraciones que podrían ser perjudiciales para las personas expuestas o incluso para el medio ambiente.
Los sistemas de ventilación de un laboratorio que son construidos dentro del mismo, deben de ser muy confiables para asegurar la reducción de los contaminantes liberados durante las operaciones de manipulación y las emisiones fugitivas de productos químicos almacenados a niveles inferiores a los aceptables.
métodos de ventilación en un laboratorio
Hay dos métodos principales de ventilación en un laboratorio que se utilizan para poder controlar de forma adecuada los productos químicos y otros productos peligrosos que se producen dentro de un laboratorio a partir de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El primer tipo, utilizado en todos los laboratorios, proporciona aire fresco acondicionado que incluye la humedad y temperatura ajustada a todo el espacio y que es conocido como ventilación «general», o «dilución».
Este método se encarga principalmente de abordar los problemas típicos de la calidad del aire en el interior del laboratorio y de mezclar suficientemente las emisiones fugitivas y otros contaminantes de liberación lenta para minimizar los niveles de concentración en toda la zona.
Sin embargo, este tipo de control no brinda protección adecuada ante las emisiones de gran cantidad o concentradas que pueden suceder luego de eventos como una liberación repentina o significativa, por esta razón es necesario contar con una campana de humos u otro sistema de escape instalado.
La ventilación en un laboratorio es similar a los sistemas de aire acondicionado centralizados que se encuentran típicamente en las oficinas y otros espacios dentro de grandes edificios.
La diferencia para los laboratorios es que el aire se suministra a través de un sistema de paso único con una tasa mínima absoluta de cuatro cambios de aire por hora y debe proporcionarse continuamente a esta tasa o por encima de ella a todas las áreas donde se utilizan sustancias químicas o almacenado.
Formas de protección ventilatoria
Una forma obvia para brindar mayor protección y de manera más eficazmente al personal que labora dentro del laboratorio y de reducir las concentraciones de contaminantes a través de las áreas de laboratorio es eliminar los posibles contaminantes más cercanos a su fuente; esto es lo que se conoce como ventilación «directa» o «local».
La ventilación en laboratorios directa se utiliza para eliminar los contaminantes de puedan ingresar desde el punto donde se generan antes de que puedan mezclarse con gran parte de la aire de laboratorio.
Este método tiene la ventaja de poder reducir de forma drástica la exposición general a las emisiones peligrosas mientras se utiliza mucho menos energía de la que se necesitaría para producir la misma reducción de la concentración que a través del uso de sólo la ventilación general.
Es considerada también una forma ideal de proporcionar una eliminación puntual del exceso de calor o humedad que puede ser producida por el equipo de laboratorio para proteger la calidad general del aire interior de manera eficiente.
Los sistemas de ventilación general y directa deben de estar debidamente integrados dentro del sistema general que se ubica dentro del edificio de un laboratorio y tienen como objetivo principal el poder garantizar que los contaminantes concentrados y las grandes cargas de calor se agoten directamente y no recirculen, que se mantenga un diferencial de presión ligeramente negativa dentro de los espacios del laboratorio en relación con las zonas circundantes y que todos los demás espacios del edificio tengan un diferencial de presión ligeramente positiva en relación con el entorno exterior.
Sistemas de ventilación en un laboratorio
Ventilación por dilución
El principio de este sistema indica que los contaminantes se generan de forma constante y se distribuyen regularmente dentro del laboratorio, esta concentración ambiental del contaminante puede ser reducir por debajo de ellos límites cuando se sustituye el aire contaminado por aire limpio.
Ventilación por desplazamiento
Se puede usar para el acondicionamiento ambiental y el control de los contaminantes, el aire se debe introducir al laboratorio de tal manera que pueda desplazarse hacia la salida de aire que esté dentro del lugar pero sin que se mezclen.
Este método representa la aplicación del flujo laminar a la ventilación general.
Fuente:
www.safety.fsu.edu