Para empezar, los gases medicinales son de tal relevancia que existen manuales o instrucciones para el manejo y almacenamiento de estos gases. El manejo de gases medicinales comprende de normas que abarca cilindros de gases comprimidos y gases criogénicos licuados.
Es importante recordar que el manejo de gases medicinales es extremadamente amplio, por lo tanto hay que reconocer qué tipo de gases se están manipulando, como el oxígeno o gases inertes, así como la debida utilización de cilindros, reguladores, manifolds, mangueras y acoples.
En general, se puede decir que según los tipos de gases hay diferentes riesgos, pero el manejo de gases medicinales es tan complejo que realmente podrían existir riesgos compuestos por negligencia de parte del personal. Es por esto que mencionamos siete riesgos comunes en el manejo de estos.
Básicamente, hablaremos de los riesgos ocasionados por el incorrecto manejo del oxígeno, incluyendo el desconocimiento de estos. En sí, este gas es indispensable para la combustión, es incoloro y no tiene sabor.
Cuando se reconoce según presión atmosférica y a temperatura menor de – 180 °C, este es un líquido semi azulado un poco más pesado que el agua. Básicamente, todos los elementos, menos los gases inertes, se combinan con el oxígeno, sobre todo para formar óxidos. Este es utilizado en la medicina en casos de deficiencia respiratoria, anestesia, resucitación, regeneración de atmosfera artificial, tratamiento de quemaduras respiratorias, entre otros.
Sus riesgos son asociados por la incorrecta capacidad dentro del manejo de gases medicinales, ya que la manipulación y uso del oxígeno dependen de la posibilidad para soportar la combustión.
A continuación 7 Riesgos que se deben evitar
Asfixia:
Principalmente, se puede hablar de la asfixia, ya que podría no contemplarse el uso de equipos que suministren aire. Se debe considerar que la mascará de gas o los respiradores pueden suministrar oxígeno, solo purifican o filtran. También es bastante importante que se evite contacto con gases como el dióxido de carbono y nitrógeno, porque estos al entrar con el aire desplazan el oxígeno.
Alta presión:
El riesgo de alta presión es bastante común debido a los gases envasados los cuales a ser liberados en condiciones no contraladas, suelen erosionar o destruir tejidos humanos. De hecho, la liberación repentina de cualquier tipo de gas a alta presión, ya sea desde un cilindro roto o una válvula dañada podría generar un caos con la pérdida de control de cilindros o cualquier tipo de material, pudiendo agredir al personal.
Inflamabilidad:
Se habla de inflamabilidad cuando hay presencia de un oxidante, ya que algunos de estos podrán generar ardor o un incendio si son encendidos por electricidad o por alguna flama u objeto caliente. Básicamente, el aumento de un oxidante concentrado podrá acelerar la combustión. Esta situación es nada deseable, ya que si los materiales que no son inflamables podrán incendiarse en un ambiente en el que solo se manipule el oxígeno.
Para esto se debe evitar poner en contacto con válvulas, medidores o accesorios de oxígeno con sustancias que deriven del aceite. Estos provienen de hidrocarburos y pueden generar una violenta explosión. Hay casos en los que los gases no necesitan alguna fuente de calor para incendiarse, a esto se le conoce como gases pirofóricos.
Toxicidad:
Básicamente, cuando se habla de toxicidad se entiende la reacción que el gas pueda tener con el contacto humano, ya que pueden causar daños o la muerte si la persona inhala, absorbe o ingiere el gas. En este caso, el grado varía según los elementos. Si se requiere un ejemplo se puede hablar del monóxido de carbono, ya que este al encontrarse en concentraciones altas en periodos de tiempo cortos, como pocas horas, y es inhalado por alguna persona, esta podría encontrarse a punto de la asfixia o con altos problemas de salud.
Corrosión:
La corrosión proviene de los gases que químicamente producen daños irreversibles en tejidos humanos, como los ojos, la piel o las membranas mucosas. Básicamente, cuando se habla de corrosión se consideran aquellos gases que atacan químicamente el metal, hule y otras sustancias; más aún si es el tipo de gas que se regenera en presencia de humedad u otros gases.
Oxidantes:
Los gases oxidantes son propensos al incendio aun cuando no sean inflamables, es decir, el oxígeno, por ejemplo. En pocas palabras, el oxígeno no es inflamable, pero acelera la combustión.
Frio extremo:
Para los casos que abarcan aquellos gases criogénicos como el oxígeno, nitrógeno o argón, más aquellos gases licuados, deben estar a extremadamente bajas temperaturas. Estos podrían congelar y destruir rápidamente cualquier tejido humano, y también materiales que no sean resistentes a bajas temperaturas. Las tuberías pueden perder ductilidad y resistencia si se someten a este tipo de gases.
Finalmente, estos siete riesgos sobre el manejo de gases medicinales pueden determinar la vida de cualquier persona que trabaje con estos componentes, más aún si no se utilizan los equipos de protección requeridos, así como alguna deficiencia de información. Por ello siempre es importante trabajar basados en las instrucciones y normas internacionales que abarque la utilización de compuestos y elementos químicos como estos gases.
Fuente:
www.esecarmenemiliaospina.gov.co