En la antigüedad se utilizaban cortinas convencionales para dividir espacios dentro de los hospitales sobre todo en salas comunes, posteriormente se realizaron investigaciones sobre control de infecciones confirmando que este simple elemento podía aumentar la transmisión de bacterias, esporas y hongos.
De esta forma nacieron las cortinas antibacterianas con la finalidad de velar por la seguridad del paciente y personal sanitario, luego los altos costos en lavandería hicieron que la industria creara una cortina con las mismas propiedades pero desechable y sin efectos colaterales al medio ambiente.
Es verdad que los equipos para hospitales cumplen funciones vitales pero los pequeños complementos también hacen la diferencia, te preguntarás ¿Pero en qué sentido? Si diferentes bacterias permanecen en las cortinas y se transmiten de un paciente a otro pueden empeorar su cuadro clínico llegando incluso hasta la muerte, Sigue leyendo para que conozcas algunos beneficios de las cortinas antimicrobianas:
Elimina las cadenas de infección
La composición de filamentos metálicos repelen patógenos y las propiedades esporicidas ayudan a que la superficie se convierta en una barrera de protectora.
Versatilidad a todo nivel
Al comprar complementos para hospitales es necesario pensar si serán destinados solo a una zona o son tan versátiles que es posible cambiarlos de área cumpliendo las mismas o mejores funciones, en este caso las cortinas pueden estar en un área de emergencia como de rehabilitación sin ningún problema.
Fácil instalación
Al momento de ubicarlas no existen mayores complicaciones, adiestramientos especiales ni cursos lo cual reduce los costos al no necesitar especialistas en el área.
Evitan accidentes
En su mayoría contienen retardantes de fuego siendo piezas claves en una situación de emergencia.
100% reciclables o duraderas
Algunas son fabricadas a partir de polipropileno así que pueden ser eliminadas como residuos hospitalarios sin afectar al medio ambiente, mientras que otras se elaboran en materiales más resistentes existiendo la opción de lavarlas para eliminar patógenos y teniendo la opción de reutilizarlas.
En el mercado existe una gran variedad de cortinas antibacterianas, algunas son estándares para uso suspendido del techo u adaptadas con parabanes, el sistema de suspensión varía desde el uso de ojales, ganchos convencionales o con ruedas y piezas alargadas.
Lo ideal es que formen una barrera y reduzcan el contagio de esporas, bacterias y hongos en los diferentes espacios, otra opción es una especie de líquido que se rocía sobre las cortinas ayudando a mantener al margen todos los agentes dañinos claro esta no toxico para el ser humano, una dato curioso es que este fluido interrumpe el metabolismo celular, reproducción y reparación de bacterias inhibiendo la proliferación de las mismas que al final terminan muertas.
¿Dónde utilizarlas?
Son ideales para instalarlas en el hospital y recintos de cuidado, tanto para uso continuo como a largo plazo en salas generales, de cuidados intensivos o solo una sala de aislamiento, algunos de los espacios donde se recomienda su uso son:
- Unidad de quemados
- Unidad de enfermedades infecciosas
- Cuidados intensivos
- Suites de operación
- Servicios de cardiología
- Salas de aislamiento
- Área de fisioterapia
- Terapia ocupacional
- Salas de oncología
- Emergencia
- Salas generales de práctica
- Ginecología
- Maternidad y salas neonatales
- Obstetricia
- salas de cirugía general
Un estudio reciente realizado en Australia comparo el uso de diferentes cortinas convencionales, antimicrobianas tradicionales y desechables incluyendo bacterias positivas, negativas, microorganismos multiresistentes, hongos y esposas, los resultados fueron sorprendentes, después de 24 meses y sin perdida visible de actividad los patógenos se redujeron exponencialmente en las cortinas antibacterianas convencionales y desechables, además estas últimas fueron rociadas por fluidos bactericidas y no hizo falta su sustitución, lo que indica que esta última opción podría reducir costos en cuanto al lavado y recambio.
El mismo estudio encontró más beneficios en el uso de cortinas desechables en comparación con cortinas de tela tradicionales, ya que el costo de lavado en cortinas convencionales era un 50% más caro que el costo de la compra de piezas desechables y esporicidas, por otro lado la seguridad del personal de limpieza aumento razonablemente por ya no tenían que subir escaleras para limpiar y cambiar constantemente las cortinas.
Los estudios han demostrado que hasta un 40% de las infecciones hospitalarias se atribuyen a la infección cruzada de las manos del personal de salud, originada por contacto directo con un paciente o indirectamente tocando superficies infectadas, también se ha demostrado que las manos contaminadas pueden transferir los virus a 5 o más superficies sin perder su composición original.
Además de esto los patógenos pueden sobrevivir en superficies durante largos períodos de tiempo, un ejemplo son las esporas C.difficile estas logran sobrevivir hasta 5 y 7 meses en diferentes superficies, los protocolos de higiene de las manos y procedimientos de desinfección son esenciales para reducir al mínimo la posibilidad de que exista contaminación cruzada, pero es necesario adaptar otros recursos con el mismo fin.
Sin embargo, ¿Qué pasa con las cortinas de hospitales? ¿Qué procedimientos existen para minimizar su potencial de contaminación? Si un trabajador de la salud toca una superficie contaminada y recoge patógenos, luego se toca a él mismo y otras superficies los índices de exposición son inimaginables, además funcionará como un conductor perfecto de infección y potenciales complicaciones para sus pacientes.
Por esta razón se hace necesario adquirir cortinas antibacterianas que sirvan como protección para los pacientes, sus familiares y personal de salud, al estar en contacto con millones de bacterias y esporas es imperante desinfectarlas y desecharlas mediante protocolos específicos hospitalarios tratándolas como material o residuos médico.