Cuando hablamos de diseño interior en hospitales es imprescindible encontrar un equilibrio entre el ser humano y la seguridad orientada no solo en al control de infecciones sino también al comportamiento de los involucrados, en Canadá los expertos han caído en cuenta que los materiales semitransparentes entre los espacios de admisión y tratamiento unido con acabados cálidos reducen los sentimientos de ansiedad y estrés en los niños.
Cuando el diseñador comprende el vínculo entre la salud física, mental y teorías estéticas el enfoque es más nítido que nunca logrando resultados asombrosos, un paciente cuyo mundo es desproporcionado necesita un espacio acogedor que se convierta en parte del régimen de atención para ayudarlo a volver al mundo real.
Actualmente cientos de estudios respaldan el papel que desempeña el espacio físico en la recuperación de los pacientes, un ambiente cálido y reconfortante puede hacer la diferente entre sanar más rápido, acercar a las familias, apoyar el trabajo de los profesionales sanitarios o simplemente retroceder todo el proceso.
Equilibrio pensativo
El entorno ideal también considera cómo se sienten los miembros de la familia en el momento en que pasan por la puerta principal, las primeras impresiones suelen ser duraderas y hasta los detalles más pequeños en el entorno influyen en la percepción de la calidad y estado de ánimo de los involucrados.
Si unimos la atención sanitaria con el diseño ambiental es posible proporcionar una sensación de tranquilidad a los pacientes y sus padres, permitiendo que el tratamiento sea exitoso en todos los sentidos.
Un dato curioso es que el entorno de admisión es capaz de amplificar la enfermedad o comenzar inmediatamente a tratarla, y uno de los primeros encuentros es con el proceso de admisión, En cuanto al niño o adulto joven que lucha con una enfermedad mental la admisión en un centro de salud conductual no es fácil, además sufriendo de un trastorno que posiblemente se manifieste en comportamientos adversarios los síntomas podrían aumentar desde la entrada al hospital porque es un entorno desconocido marcado por límites.
Cualquier espacio que no es familiar es una amenaza para los padres temiendo por la seguridad de sus hijos, por eso lo mejor es diseñar un ambiente que sea tranquilo y respetuoso en lugar de institucional, además las transiciones entre espacios deben planearse cuidadosamente incluyendo características como puertas semitransparentes, de esta forma el paciente tendrá una visión clara de las actividades dentro de la unidad antes de entrar reduciendo así la aprehensión que pueda estar asociada con un espacio desconocido.
Seguridad y protección
Un objetivo general para los diseñadores es crear un espacio que sea cálido, amistoso y hermoso pero a la vez seguro, es imprescindible pensar en la protección del paciente, sus familias y el personal desde el individuo que asea el lugar hasta el director, un aspecto importante a tomar en cuenta es que el diseño debe integrarse perfectamente a la seguridad, de esta forma el paciente no se sentirá recluido ni limitado colaborando en el tratamiento y actividades designadas.
Las palabras terapia, durabilidad y seguridad no siempre son mutuamente excluyentes, cuando los ambientes de cuidado mental pediátrico son planeados con propósitos es posible no solo crear un ambiente hermoso sino también favorecer el proceso de curación, los pequeños detalles hacen la diferencia al crear entornos pensando en la privacidad desde puertas de baño con centinelas de madera, duchas seguras y herrajes adaptables haciendo que el ambiente sea menos estricto pero seguro.
Los detalles comunican mensajes al paciente por ejemplo las puertas cerradas, bisagras por todos lados y ventanas con barrotes al final de un pasillo largo gritan “Estarás encerrado, sin moverte, tener elecciones o comodidad”, es comprensible que estas prácticas de diseño interior a menudo integrarán elementos con un ojo de prevención y durabilidad pero no se adaptaron al pensar y comportamiento de los primeros involucrados, por ejemplo una de las peores prácticas es situar los equipos para hospitales en la entradas de las salas simulando amenazas potenciales para los pacientes.
Un paseo por la entrada de un hospital con diseños coloridos y enfocados en la naturaleza tiene altas probabilidad de reducir el miedo en los niños por ingresar a un ambiente clínico, luego llegar a una sala de admisión con elementos de madera y piedra incluyendo características de diseño como una chimenea crean un ambiente acogedor, sigues a los cuartos y observas todas las actividades que hacen los pacientes por medio de puertas transparentes dando paso a una sensación de tranquilidad, y por ultimo cuando ingresas a la sala de resonancia magnética te encuentras con camino colorido y juguetes que te invitan a pasar. ¿Crees que haría una diferencia en la psiquis de los niños?
Dependiendo de las condiciones patológicas de los pacientes un buena opción es integrar materiales que disminuyan el sonido de equipos médicos, charlas entre profesionales y también los gritos de algún paciente que experimente una crisis, por otro lado usar asientos acolchados suavizan el lugar y previenen auto lesiones, incluso los patrones de colores ubicado estratégicamente en el piso pueden dar a los pacientes zonas personales donde se sientan seguros mientras aún se integran en la comunidad.