Cuando se empiezan a considerar las posibilidades existentes para mejorar la eficiencia energética de los centros hospitalarios, las estrategias de ventilación no pueden quedar atrás pues forman parte fundamental de los mismos.
Los hospitales son, como ya se sabe, lugares donde se da un elevado consumo de energía y de los parámetros que rodean cualquier ajuste del sistema de ventilación.
Con cualquier cambio que se realice dentro del lugar, se debe mantener una ventilación adecuada y la buena calidad del aire interior para de esta manera poder asegurar el control adecuado de las infecciones y la seguridad tanto del paciente como del personal que labora en la institución.
Uno de los aspectos importantes es que se debe tener en cuenta que los hospitales consumen mucha más energía que otros edificios.
La gran cantidad de aire exterior necesaria para una ventilación adecuada requiere una mayor cantidad de energía para acondicionar.
Es clave señalar que existen una serie de requisitos específicos para los espacios hospitalarios que detallan los cambios totales de aire, los cambios de aire exterior y la necesidad de agotar completamente ciertos espacios dependiendo del uso.
Todo esto resulta necesario para poder desarrollar una buena estrategia de ventilación que también ayude al ahorro energético.
Seguridad y control de infecciones
Una de las principales estrategias que deben de ser planteadas es el de lograr tasas de ventilación que sigan las normas ya establecidas.
Todos los espacios administrativos y de circulación dentro de los hospitales deben de ser ventilados, al igual que los espacios específicos de los hospitales, como las habitaciones de los pacientes, los espacios para la toma de imágenes y las salas de operaciones.
Las tasas de ventilación adecuadas sólo son efectivas si se aplican correctamente.
La selección y colocación de los dispositivos de aire, fuentes de aire limpio o aire exterior libre de contaminantes, la eliminación de los contaminantes por medio de una filtración adecuada o una extracción directa y los controles adecuados que tengan la capacidad de mantener los flujos de aire apropiados y las relaciones de presión aseguran que las tasas de ventilación definidas sean eficaces para prevenir infecciones en el entorno hospitalario y para garantizar la seguridad de los pacientes y el público.
Una ventilación adecuada, cuando se aplica y diseña de manera correcta, puede limitar la propagación de patógenos en el aire en el hospital, pero estas tasas de ventilación más altas tienen un mayor costo de energía para el propietario.
La reducción del costo de la energía es un objetivo para cada propietario, pero cualquier reducción de energía no debe comprometer la seguridad del paciente.
Tecnologías de recuperar energía y ventilación
La instalación y el uso de filtros de alta calidad es una de las mejores maneras de ayudar a reducir y eliminar los contaminantes hospitalarios, y eliminar las partículas que normalmente recirculan por la instalación.
Los diseñadores e ingenieros deben consultar las normas para obtener información sobre los filtros necesarios. En algunas aplicaciones hospitalarias, como las salas de operaciones, se requiere una filtración de alto nivel de partículas en el aire los cuales son capaces de eliminar las partículas submicrónicas, algunas bacterias y virus, de la corriente de aire.
Recuperación de calor aire-aire
Una forma de abordar esto es a través de dispositivos de recuperación de calor del lado del aire.
Estos dispositivos toman la energía de la corriente de aire de escape y la mueven a la corriente de aire exterior.
Para las instalaciones hospitalarias, las tecnologías de recuperación de energía necesitan aislar las dos corrientes de aire tanto como sea posible para evitar la contaminación cruzada.
El flujo de aire cruzado permite que los patógenos que fueron eliminados a través de un sistema de aire de escape sean devueltos a la corriente de aire de suministro.
Los dispositivos como los tubos de calor, sistemas de bucle de bobina o los intercambiadores de calor de placa y marco mantienen las corrientes de aire separadas para eliminar la posible contaminación cruzada, pero siguen proporcionando el movimiento de energía del aire de escape al aire exterior.
Estos dispositivos son útiles sólo para que la eficiencia general sea menor que la de una rueda de recuperación de energía, pero eliminar el potencial de contaminación cruzada es fundamental para las aplicaciones sanitarias.
Lo ideal es instalar un sistema de tuberías de calor cerrado, que utiliza una sola bobina que abarca las dos corrientes de aire.
La capacidad del tubo de calor se modula mediante amortiguadores de derivación o control de inclinación de la bobina utilizando el cambio de fase del fluido dentro de la bobina como motivo para mover el mismo de un lado de la bobina al otro.
Es posible que haya algún flujo cruzado con este sistema, pero un sellado adecuado dentro de la unidad de manejo del aire limitará la contaminación cruzada.
Controles y condiciones
Existen una serie de diferentes estrategias disponibles a través del uso de controles digitales que permiten, además de la eficiencia energética, un mejor uso de los sistemas de ventilación dentro de las instalaciones hospitalarias, lo que hace que existan más y mejores condiciones para poder suministrar un adecuado nivel de aire a todo el edificio sin sacrificar la seguridad del enfermo o la calidad del aire interior.
Fuente:
hpac.com