Una cuestión importante que enfrentan los gestores clínicos y la cadena de suministros en algunos sistemas sanitarios es cómo abordar la reparación o reemplazo de equipos médicos.
¿Cuál es el dilema?
Realmente no existe una fórmula ganadora y estandarizada.
Aunque el objetivo es llevar a cabo acciones seguras existen diversas variantes a considerar como la edad de los equipos, capacidad de servicio, funcionalidad, costos, la evolución de la tecnología e incluso la demanda por parte de los pacientes.
El proceso para decidir si reparar en lugar de reemplazar equipos para hospitales es un complejo acto de equilibrio, y de hecho requiere un pensamiento estratégico conociendo la dirección y planes a futuro de la organización sanitaria, como sucede con muchas inversiones dentro de este entorno los riesgos siempre compiten con las recompensas, un asunto importante es saber cuánto tiempo el equipo puede mantenerse en una condición de operación segura y confiable.
Tanto el mantenimiento preventivo como el correctivo deben tenerse en cuenta, en su mayoría los hospitales planifican el mantenimiento preventivo combinando las recomendaciones del fabricante con su propia experiencia previa, es posible que se firme un contrato con un proveedor de servicios buscando mantener los equipos en óptimas condiciones, o arreglar un acuerdo con técnicos internos integrando reparaciones regulares, ocasionales e inesperadas.

¿Reciclar o adquirir equipos nuevos para hospitales?
A veces el tipo y frecuencia de uso juegan un papel fundamental, en la mayoría de los casos los dispositivos especiales se utilizan menos y por lo tanto sufren un menor índice de desgaste, haciendo que la reparación sea la opción más viable todo lo contrario a los dispositivos con uso diario que con el tiempo requieren ser reemplazados.
¿Cuándo es poco práctico reparar?
En algún momento la sustitución de equipos antiguos es más factible que seguir haciendo reparaciones, especialmente si se necesitan con frecuencia. Aunque variará de una organización a otra las siguientes situaciones a menudo comienzan a inclinar la escala de «reparación» a «reemplazar»:
- Cuando las piezas de repuestos no están disponibles: En este caso los técnicos deben recurrir a usar otras marcas aumentando el número de fallos en los dispositivos.
- Incremento drástico de los costos de servicios: A pesar que se utilizan contratos con tiempos y presupuestos estipulados muchas empresas aumentan sus costos sin previo aviso repercutiendo en el presupuesto mensual de los hospitales.
- Interrupción de la atención a los pacientes: Si las máquinas necesitan ser reparadas tan a menudo que están fuera de servicio más que en el servicio, se crea una barrera delicada a la hora de atender a los pacientes, ya que se pierden muchos días de atención clínica sin mencionar que las interrupciones se traducen en menor número de ingresos.
- Fallos constantes en los equipos: Cuando se alteran los resultados de las pruebas incidiendo en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes es hora de olvidar las reparaciones y comprar dispositivos nuevos.
- Pacientes con inclinación a últimas innovaciones: Los avances tecnológicos en curso también reducen la factibilidad de hacer reparaciones constantes en algunos equipos, en el caso que el hospital tenga la reputación de siempre estar a la vanguardia es posible que no quieran esperar a reemplazar ciertos equipos de alta gama antes de cumplir su vida útil.
Un punto crítico que da paso a tomar acciones es cuando los equipos de atención antiguos ya no cumplen con el estándar de excelencia técnica, sin embargo todavía es importante hacer un cuidadoso análisis entre costos y beneficios, la tecnología de punta también requiere suministros suplementarios y técnicos de soporte especializados lo que podría aumentar considerablemente los costos.
La importancia de la planificación
Todas las instalaciones deben tener un plan establecido para el reemplazo de equipos, además de seguir las normas establecidas por los entes regulares del país, una idea genial implementada en Estados Unidos es mantener bases de datos con información esencial de los equipos médicos incluyendo edad, condición física, reparaciones y estados de soporte, con estos datos mínimos es posible establecer un plan de cinco años, incluyendo las proyecciones para gastos de capital que serán necesarias en ese marco de tiempo.
Por ejemplo podría presupuestarte el remplazo de bombas de aire grado médico, sistemas de intercomunicación enfermo-enfermera o equipos para gases medicinales en el próximo años sabiendo cuales serán necesarios reparar o remplazar adaptando el presupuesto a los nuevos cambios, esta simple base de datos es capaz de ahorrar costos, dar espacio y tiempo para elegir a los técnicos que se adapten mejor a las necesidades del lugar y dejar a un lado las decisiones apresuradas.
Cuando asistimos al área de emergencias de un hospital, una habitación privada o incluso a una sala de operaciones lo último que pasa por nuestra cabeza son las herramientas tecnológicas con las que cuenta ese recinto sanitario, pero este es uno de los puntos más importantes a tomar en cuenta cuando ponemos nuestra salud en manos de otros.