Los incendios en las salas de operaciones, que antes se consideraban raros, aparentemente son más frecuentes de lo que se había observado anteriormente, una organización sin fines de lucro dedicada a la investigación de la salud publicó un informe que sugiere que cientos de incendios se producen durante los procedimientos quirúrgicos y ambulatorios que aproximadamente 50 millones de pacientes reciben anualmente, a menudo resultando en lesiones graves o la muerte.
Algunos grupos médicos dicen que los incendios han aumentado en las últimas dos décadas con el uso creciente de láseres y herramientas que emplean corriente eléctrica. La organización anterior calcula que el 44% de los incendios en las salas de cirugías ocurren durante las cirugías de cabeza, cara, cuello o pecho; esto se debe mayormente a que la que las herramientas eléctricas quirúrgicas y los láseres están demasiado cerca del oxígeno que los pacientes están respirando.
La ideología actual consiste en que los elementos básicos del fuego (calor, combustible y oxídantes) están siempre presentes durante la cirugía, y que sólo a través de la formación, y a su vez implementar directrices más estrictas, sería posible evitar (o al menos minimizar) estos horribles accidentes. Desafortunadamente, existen pocos productos que sean capaces de reducir el riesgo de incendios y explosiones en las salas de cirugías, lo cual sugiere que el mercado de estos productos presenta una oportunidad potencialmente lucrativa para que las compañías farmacéuticas y de dispositivos médicos concentren su investigación y desarrollo. Enfocándonos en esto, encontramos que una revisión de patentes muestra similarmente poca actividad en esta área, de nuevo conduciendo a la conclusión de la oportunidad presente a innovadores imaginativos.
El combustible es abundante en la sala de cirugías
Los combustibles comúnmente encontrados en el quirófano incluyen agentes de preparación tales como desengrasantes (éter y acetona), adhesivos en aerosol y tinturas tales como hibitano, mertiolato y duraprep; otros combustibles se encuentran incluso en los insumos (siendo que los mismos los absorben en sus partículas): cortinas, batas, máscaras, capuchas, gorras, cubre calzado y fundas de instrumentos y equipos, colchones, almohadas, mantas, gasas, esponjas, vendajes, pomadas como vaselina, parafina y cera blanca, endoscopios flexibles, recubrimiento para cables de fibra óptica, guantes, tubos de estetoscopio, mangueras de evacuación de humos y otros equipos utilizados en la sala de cirugías.
Los oxidantes en el quirófano incluyen mezclas enriquecidas con oxígeno por encima del 21% respecto al normalmente usado para asegurar la oxigenación apropiada del paciente durante la anestesia, siempre que la concentración de este sea superior al 21%, existe una atmósfera enriquecida con oxígeno con el potencial de alimentar fuegos; el mismo se suministra a través de dispositivos de anestesia, ventiladores, tomas para gases medicinales de pared o cilindros de gas, y todos son potencialmente peligrosos. El oxígeno también tiende a provenir de la descomposición térmica del óxido nitroso, que también debe considerarse una atmósfera enriquecida con oxígeno, los materiales tales como cortinas absorben el oxígeno y lo conservan por algún tiempo, lo cual las hacen más fáciles de encender, de calentarse y quemarse más rápidamente, y por último, más complicado extinguir el fuego.
La clave es controlar las fuentes de calor
La introducción de láseres, herramientas electroquirúrgicas y otros instrumentos quirúrgicos exotérmicos ha aumentado significativamente la incidencia y el riesgo asociados con el riesgo de fuego dentro de una sala de cirugías. La ya mencionada organización señala que la clave para prevenir incendios que involucran pacientes quirúrgicos es controlar las diversas fuentes de calor de las salas de cirugías y evitar que entren en contacto con los combustible; en la actualidad, la comunidad médica depende completamente de los productos antisépticos a base de alcohol y los tejidos quirúrgicos que atrapan oxígeno dentro de sus fibras.
Sólo unas pocas patentes presentadas recientemente
A pesar de lo anterior mencionado, pocas empresas parecen estar innovando en esta área, en lo que respecta a actividad de patentes, por ejemplo, se sugiere que el dispositivo médico y las empresas farmacéuticas no se han dado cuenta de la oportunidad que existe en las tecnologías que podrían lanzarlos como los nuevos líderes de la industria. De hecho, las pocas patentes recientes que abordan las innovaciones tecnológicas preventivas se asignan exclusivamente a inventores individuales.
Una de ellas, por ejemplo, describe una composición de fosfato resistente al fuego con propiedades antibacterianas, antivirales y fungicidas que pretende ser ecológicamente pura, no tóxica, no carcinogénica y no alérgica, otra patente describe un paño quirúrgico diseñado para evitar la acumulación de oxígeno atrapado y por lo tanto disminuir el riesgo de incendio. Otra patente, a su vez, describe un sistema de sensor de oxígeno que hace sonar una alarma si los niveles de oxígeno no son seguros.
El hecho de que estos incendios estuvieran significativamente infra-reportados pero ahora están ganando el escrutinio extenso de los medios de comunicación aumenta la necesidad de compañías innovadoras para tratar de minimizar estos riesgos a través de sus estrategias de desarrollo de producto. La falta de patentes innovadoras indica que existe la posibilidad de aprovechar una oportunidad de mercado muy deficiente.