A nivel mundial diversos hospitales han sido víctimas de episodios violentos similares a los que afectan nuestra sociedad como secuestros, intimidación con armas blancas y de fuego entre otros, de hecho las situaciones estresantes que rodean algunas visitas a hospitales, la falta de recursos para el tratamiento de salud mental y abuso de sustancias ilegales dan paso a estas situaciones que nadie quisiera experimentar de cerca.
La transcendencia de estos incidentes en la atención sanitaria ha sido reconocida por importantes organismos como la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA), así como la Asociación Internacional de seguridad sanitaria (IAHSS) y otras comisiones de enfermeras a nivel internacional.

Principales factores y causas que generan violencia en hospitales
La buena noticia es que mediante una formación adecuada, un enfoque centrado en la seguridad tecnológica y planificación del espacio los profesionales sanitarios pueden reducir el potencial de violencia en las instalaciones, un dato curioso es que la OSHA identifico recientemente a los hospitales y establecimientos nocturnos como las dos industrias con más incidencia de violencia en el trabajo, la lista está encabezada por el personal enfocado a salud mental y lo departamentos de emergencias.
También se hizo una encuesta en Estados Unidos que reporto a los trabajadores de atención médica y servicios sociales con casi la mitad de todas las lesiones y agresiones reportadas en el lugar de trabajo, de hecho el Consejo Internacional de Enfermeras señaló que los profesionales sanitarios son más propensos a ser atacados en el trabajo que los guardias en prisiones u oficiales de policía, podríamos decir que lo único bueno es que las muertes y lesiones graves en estos casos son relativamente raras.
Existen cientos de causantes de violencia en hospitales, pero a continuación conocerás algunos más importantes.
Factores que contribuyen directamente en la aparición de incidentes agresivos
Aumento excesivo en los tiempos de espera
El estrés de ver que necesitas ayuda y no la recibes inmediatamente a veces llena de tensión a muchas personas sobre todo en las áreas de urgencias, llevando a que algunos pacientes o familiares pierdan su temperamento y se comporten inapropiadamente.
Acceso ilimitado al público
Diferentes centros de salud tienen «visitas abiertas», permitiendo que amigos y familiares ingresen a cualquier hora del día o la noche con pocas limitaciones, pero debe haber un equilibrio razonable para reducir posibles riesgos.
Pacientes psiquiátricos
En muchos casos los pacientes con enfermedades mentales agudas y crónicas están siendo liberados sin tener un seguimiento, por lo general rechazan los medicamentos y no pueden ser hospitalizados involuntariamente a menos que representen una amenaza inmediata para ellos mismos u otros, pero a menudo aparecen en urgencias y clínicas buscando atención alterados.
Uso hospitalario por fuerzas del orden
La policía y otros funcionarios penales usan con frecuencia los hospitales para el cuidado de personas agudamente perturbadas o violentas como una alternativa a las cárceles ya superpobladas, aumentado los riesgos de accidentes violentos.
Falta de recursos financieros
Existe una inmensa presión para contener los costos dentro de los centros de salud que casi siempre afecta a los departamentos que no producen ingresos como “áreas de seguridad” dando paso a problemas graves a futuro.
Por otro lado muchos profesionales de los servicios sanitarios consideran iniciativas como armamento para el personal de seguridad, detectores de metales, policías fuera del servicio, entrenamiento activo en casos de tiroteos o agresiones con armas blancas, dependiendo de las circunstancias éstas pueden ser opciones razonables y apropiadas.
Sin embargo antes de considerar cambios importantes en las medidas preventivas o reactivas, es importante tomar las siguientes medidas:
Llevar a cabo una evaluación exhaustiva
Reducir la probabilidad de un incidente grave requiere un enfoque multidisciplinario que involucre aspectos más allá de la seguridad como políticas, procedimientos y capacitación, así como adaptaciones en el diseño interior hospitalario.
También es importante evaluar la política institucional y asegurarse que cuente con el apoyo de los administradores, existen varios recursos excelentes para ayudar en este proceso incluyendo las Directrices OSHA para prevenir la violencia en el lugar de trabajo, y la Norma de Prevención e Intervención de la Violencia en el Lugar de Trabajo de ASIS International.
Muchos centros de salud tienen políticas razonables pero a veces no se utilizan incluso cuando ocurren incidentes, es importante que las normativas se evalúen rutinariamente para verificar su efectividad, tomar medidas para educar e informar al personal sobre las mismas.
Crear un equipo de gestión contra amenazas
Esta acción es parte de cualquier programa de violencia en el lugar de trabajo, y el equipo debe incluir representantes de los departamentos jurídico, de seguridad, recursos humanos y psiquiatría, así como las fuerzas locales encargadas de hacer cumplir la ley, dependiendo de los recursos lo mejor es capacitar al personal para detectar y manejar amenazas potenciales.
Señalar peligros en el registro de salud electrónico
Al desarrollar políticas y procedimientos para identificar pacientes o familiares peligrosos y con antecedentes penales violentos es más fácil saber qué acciones tomar, esto no significa que se le niegue el acceso al hospital por el contrario más bien los profesionales sanitarios estarán más atentos ante posibles inconvenientes que se puedan suscitar resguardando su integridad física y mental.
Diseñar modelos de seguridad en nuevos proyectos
Cuando se está iniciando la construcción de un hospital o remodelación es importante invertir en seguridad no solo para los pacientes, sino también sus familiares y el personal que estará laborando en un futuro en las instalaciones.